Artistas: María de la Vega / Jimena Fuertes / Jorge Salas / Nenia Sol
Curadora: Natalia Saenz Valiente
Fecha de inicio de la muestra: Jueves 5 de Mayo a las 19 hs.
Fecha de cierre: 31 de Mayo
En Séptimo Planeta / arte contemporáneo
Thames 1247 Palermo Viejo
Horarios: Martes a Viernes de 12.00 a 19.00 hs. Sábados y domingos de 15.00 a 19.00 hs. Lunes cerrado
http://www.septimoplaneta.com/
Curadora: Natalia Saenz Valiente
Fecha de inicio de la muestra: Jueves 5 de Mayo a las 19 hs.
Fecha de cierre: 31 de Mayo
En Séptimo Planeta / arte contemporáneo
Thames 1247 Palermo Viejo
Horarios: Martes a Viernes de 12.00 a 19.00 hs. Sábados y domingos de 15.00 a 19.00 hs. Lunes cerrado
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LA LINEA INSOLENTE
De odiar a las matemáticas con el estómago, pasaba a un estado de felicidad, casi un recreo, cuando llegaba geometría. Era como otra hora de dibujo, pese a ser difícil desvincular a la geometría como una rama de éstas, porque lo es. Sin embargo, resulta más amigable, más visual, cercana, concreta, desfachatada. Al estudiar las idealizaciones del espacio: puntos, rectas, planos, polígonos, poliedros, superficies curvas, crea con el arte un binomio fácilmente reconocible en el mundo. La armonía y el caos pueden expresarse en la complejidad del trazado geométrico, mostrando en la unidad la multiplicidad, haciéndonos encontrar la unidad.
Este valor universal (históricamente aceptado) permite transmitir sentimientos comunes a todos con un lenguaje exclusivamente humano, que de cierto modo también hemos ido incorporando al educarnos geométricamente, naturalizando ciertas formas. Si bien es una manera de abordar los sentimientos más íntimos y exponerlos, es paradójicamente una manera de ocultarlos. La búsqueda personal, espiritual, se diluye, se despega de lo autorreferencial para transformarse en colectiva. Todo lo que nos rodea se convierte en referente, los lugares cotidianos, la variedad en su totalidad y la expansión del pensamiento.
Los trabajos de estos artistas nos acercan al juego de la forma, un juego de construcción evidentemente originario. Algunas de estas obras insinúan el espacio continuo de un paisaje de un modo inconcluso, otros tienden a salirse del soporte formal. La lectura se abre, sugiriendo que más allá de la necesidad individual del artista de mostrarnos su universo, hay una posibilidad de encontrarse con la obra desde nuestra propia historia, que sin duda alguna, encontrará un vinculo: empático o inquietante. Somos desafiados a descubrir lo que no se ve. Como casi siempre, los silencios intentan decirnos las cosas a los gritos.
No podemos afirmar que las formas están siempre controladas, las líneas cobraron vida propia y son insolentes. Nos cuestionan, nos transportan a lugares conocidos y olvidados, tratan de forzarnos a ver un mundo más puro, libre de la saturación de imágenes residuales.
Después de este recorrido grato, no puedo dejar de pensar en mi mismo como una forma geométrica. Me siento un trapecio. Un trapecio azul cerúleo atravesado por dos líneas provocativas de un bermellón intenso.
Hugo Albrieu /2011
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